El curioso nombre de la enfermedad llamada tos de las perreras proviene del hecho de que los centros de adopción de animales, donde se concentran un gran número de canes, es el caldo de cultivo ideal para contraer esta tos. Esta dolencia se puede equiparar en personas a un catarro o una gripe, aunque no es del todo igual.
No obstante, «aunque la tos de la perrera no reviste gravedad, sí es contagiosa», explica el veterinario José Luis Torres, de la Sociedad Protectora de Plantas y Animales de Madrid. Por ello conviene detectarla a tiempo y tratarla como precisa.
La tos seca e intensa es el principal síntoma de esta enfermedad canina. La expectoración que experimenta el perro es tan intensa que puede expulsar espuma blanca por la boca y vomitar de manera esporádica. Sin embargo, los vómitos del can no son un síntoma propio de la tos de las perreras. Ana Cameno, veterinaria, explica al respecto:
«Lo que ocurre es que la tos intensa provoca que el animal vomite, pero no significa que el perro tenga también problemas en el estómago.»
La tos de las perreras puede presentarse con síntomas leves; sin fiebre o con tos moderada. En estos casos, la enfermedad remite sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, en otras ocasiones el perro tiene fiebre y cúmulo de flemas color verdoso, además de una persistente tos seca. Frente a este cuadro clínico, el veterinario tiene que aplicar un tratamiento que ayude a que los síntomas remitan.
Mi perro padece la tos de las perreras, ¿qué hago?
Una vez que comienza el tratamiento del perro que padece la tos de las perreras lo habitual es que los síntomas remitan en una semana. Hay perros que precisan, además, antibióticos, antiinflamatorios o contra la tos. En cualquier caso, si el perro enfermo convive con otros canes, hay que procurar aislarle del resto, porque se trata de una enfermedad contagiosa. La tos de las perreras se transmite a través de las bacterias que el perro expulsa por la boca al toser.
Prevenir la tos de las perreras: vacunar
Los perros pueden evitar la tos de la perrera con vacunas anuales, en especial si van a quedarse en residencias caninas
La vacuna contra el virus de la tos de las perreras es la forma más efectiva de combatir esta enfermedad. Lo habitual es que esta vacuna se aplique al perro con seis meses de edad y se le revacune cada año.
«La revacunación anual es importante, sobre todo, en el caso de perros que padezcan cardiopatías, afecciones pulmonares de carácter respiratorio o que tengan que pasar una temporada en lugares como las residencias de animales, donde están en contacto con muchos perros», explica Inmanol Sagarzazu, veterinario.
La época en que la tos de las perreras afecta más a los canes es en otoño e invierno. El frío puede frenar la actividad de las defensas del perro y es entonces cuando el virus que provoca la tos de las perreras ataca el organismo del can. En las épocas en las que se presenta un brote de esta enfermedad, se pueden atender en una clínica veterinaria entre dos y tres casos diarios, explica Sagarzazu.
«Hay dueños que no vacunan a sus perros contra esta patología y, por ello, tenemos épocas del año con bastante incidencia de la tos de las perreras», comenta. Pero, aparte de esos momentos puntuales, no es una enfermedad que se atienda de manera habitual en las clínicas.
Los albergues de animales, donde viven juntos gran cantidad de perros, los casos de tos de las perreras se multiplican cuando hay un brote de la enfermedad. Según Torres, es «posible detectar alrededor de 30 casos de la enfermedad cuando hay un brote» en estos centros.
Y es que, cuando conviven muchos perros juntos, como es el caso de un albergue de animales o una residencia canina, esta enfermedad puede expandirse con más facilidad. «Ya que, aunque no reviste gravedad, sí es contagiosa», añade el veterinario.
Cuidados del can enfermo por la tos de las perreras
Determinadas pautas por parte de los dueños del perro que padece tos de las perreras ayudan a que el can se recupere de la enfermedad.
- Evitar fumar en casa ayuda a que el perro no tenga la garganta irritada y le provoque más tos.
- Respirar vapor con esencia de eucalipto o menta también alivia las molestias provocadas por la tos en el can. La manera de hacerlo es colocar una cazuela con agua muy caliente con esencias de estas hierbas. El vapor que emana de la cazuela en el lugar donde el perro suele dormir ayudará a calmar su tos.
- El ejercicio físico no es recomendable para un perro que sufre tos de las perreras. «El aire que atraviesa rápido la garganta a causa de la respiración acelerada, consecuencia del ejercicio físico, irritará las vías respiratorias y provocará más tos en el perro», explica Sagarzazu.
- El collar en el cuello del perro a la hora del paseo también puede provocar irritación en la garganta del perro. Un truco para aliviar las molestias que puede causar es sustituirlo por un arnés o por un pañuelo sujeto al cuello, donde poder enganchar la correa del can.
- El perro se puede bañar mientras está convaleciente de la tos de las perreras, pero es fundamental secarlo muy bien. En caso de que se moje con la lluvia también se debe eliminar muy bien la humedad del pelaje del can.